Durante la Asamblea General de Socios 2020 de SOFOFA, que contó con una activa participación de socios y consejeros a través de una plataforma virtual, además de aprobar algunas modificaciones a los estatutos y los Estados Financieros auditados del 2019, su presidente Bernardo Larraín expuso los ejes estratégicos y principales lineamientos de la agenda de trabajo del gremio para el período 2021-2021.
Durante la sesión del Consejo, Larraín se refirió al duro momento del país, frente al cual señaló que “todos debemos asumir un mayor compromiso con el país poniendo como primera prioridad la dignidad de las personas. Tanto en el espacio individual y comunitario de cada empresa, como también en la cancha de lo público -para enriquecer, mas no reemplazar el rol fundamental de las instituciones de nuestra democracia representativa- tenemos una tremenda responsabilidad.”
Entrando de lleno al debate sobre lo que se debe priorizar, si la emergencia, la reactivación, o los desafíos de largo plazo, Larraín sostuvo que “debemos actuar y proponer iniciativas en los tres espacios: (i) la emergencia sanitaria, económica y social en la que estamos; (ii) la recuperación económica y social que necesitaremos y (iii) los desafíos de largo plazo en los ámbitos económico-social y político-institucional que deberemos enfrentar. Tres espacios que deben encontrar lugares de convergencia entre ellos, sin ignorar y mirando de frente aquellas tendencias globales que se están acelerando en este mundo marcado por el COVID, de manera de transformarlas en oportunidades de desarrollo para todos”.
“Los cambios que estamos viviendo desafían al Estado, sus instituciones y regulaciones, como también a las empresas y a la sociedad civil”, señaló Larraín, quien agregó que la agenda de su último año liderando el gremio “integra un importante componente de adaptación a este nuevo contexto”.
Como es tradicional en SOFOFA cuando los integrantes del Comité Ejecutivo cumplen al menos dos años, Larraín propuso una serie de modificaciones para el último año de trabajo y el nuevo Comité Ejecutivo quedó conformado por:
1.- Bernardo Larraín, presidente
2.- Susana Jiménez, primera vicepresidenta (Directora de Soprole)
3.- Matías Claro, segundo vicepresidente (Gerente General Grupo Prisma)
4.- Paz Ovalle, consejera electiva (Directora ACHS)
5.- Victoria Vásquez, consejera electiva (Directora IST)
6.- Matías Concha, consejero electivo (Director Emiliana)
7.- Juan Andrés Errázuriz, consejero electivo (Gerente General Enaex)
8.- Catalina Mertz, consejera gremial (Presidenta Supermercados de Chile)
9.- José Carreño, consejero gremial (Presidente Indupan)
10.- Javier Álvarez, consejero gremial (CPC Bío Bío)
11.- Daniel Llorente, consejero gremial (Presidente CORPROA)
12.- Aurora Olave, directora ejecutiva SOFOFA
13.- Jorge Ortúzar, secretario general SOFOFA
Sobre las razones del cambio, Larraín explicó que “la decisión de realizar cambios a nivel del Comité Ejecutivo responde a una reflexión consensuada con quienes dejan de integrarlo, asociada a que en instituciones como SOFOFA es fundamental que sean muchos quienes se activen y comprometan en distintos momentos. Sólo así es posible compatibilizar el rol gremial con el irreemplazable rol empresarial que nuestros consejeros tienen”.
Sobre quienes dejan el Comité Ejecutivo, el presidente de SOFOFA dijo: “sólo tengo palabras de agradecimiento por su extraordinario aporte en estos tres años, que han sido particularmente complejos por el entorno país y mundial. Hoy entramos al último año de gestión, uno más desafiante y complejo aún que los anteriores, y tengo la convicción que con este Comité Ejecutivo seguiremos aportando a los desafíos país con 3 características propias del mundo empresarial que adquieren especial importancia en tiempos inciertos como los que vivimos: adaptabilidad, resiliencia e innovación”, aclaró Larraín.
Finalmente, Larraín terminó instando a redoblar el compromiso y ponerse a trabajar “porque la primera parte de la hoja de ruta económica y social que debemos construir, es especialmente empinada y desafiante, como es el desafío de poner de pie a nuestra economía, que no es otra cosa que poner de pie a tantos trabajadores, emprendedores y empresarios, y sus familias que están detrás, que han sido duramente golpeados por las restricciones que ha impuesto el COVID. Y este ponerse de pie no pasa sólo por lo económico y social, sino que también por recordar esa condición básica de la vida en sociedad, como es el derecho a vivir en paz, condición habilitante mínima, para poder construir la hoja de ruta económica-social y la hoja de ruta política-institucional que proponemos”.
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