Esta mañana se realizó la IV Jornada de Evolución Empresarial, “Reflexión, compromiso y adherencia al Decálogo de Evolución Empresarial”, en la que participaron virtualmente cerca de 80 presidentes, directores y gerentes generales de empresas socias de SOFOFA así como dirigentes gremiales, donde concluyó un proceso de reflexión y diálogo, que se inició a partir de una jornada de reflexión que tuvo lugar durante octubre de 2019 para detenerse y reflexionar sobre lo que en esos días estaba viviendo el país.
“A partir de los aprendizajes compartidos con nuestras empresas socias y de los espacios de diálogo que éstas han tenido con sus trabajadores en los últimos difíciles 15 meses a partir de octubre de 2019, propusimos el Decálogo de Evolución Empresarial que fue la primera estación de la Hoja de Ruta, y que hoy hemos sometido a debate con los líderes de nuestras empresas socias. Luego de la jornada de hoy pediremos a los presidentes y gerentes generales de las empresas socias que en un próximo directorio sometan a debate este Decálogo, luego que realicen una auto-evaluación sobre su nivel de cumplimiento y especialmente sobre la existencia de métricas, reportabilidad al Directorio y comunicación sistemática a toda la organización en torno a estos 10 pilares. Asimismo, a partir de esa auto-evaluación, se les invitará que emprendan dos iniciativas nuevas en algunos de los pilares del Decálogo asociando a ellas las métricas, reportabilidad y comunicación propias de una gestión empresarial moderna. Finalmente les pediremos que tales iniciativas sean reportadas a SOFOFA para configurar un mapa de iniciativas empresariales”, afirmo Bernardo Larraín, presidente del gremio.
Dentro de las principales conclusiones compartidas entre los asistentes se destacó la importancia de que las empresas opten por el camino de romper inercias y abrazar una actitud permanente de evolución y cambios sistemáticos, a partir de la valoración de la empresa como un agente de transformación social en los últimos 30 años y también en los últimos 15 meses, pero que nunca debe descansar en su desafío de evolución y adaptación. “La auto-complacencia nunca es una buena respuesta. La evolución empresarial tenemos que buscarla en el ADN de la empresa más que afuera. En su propósito, en su cultura, en sus estilos de liderazgo. Ese ADN tiene que estar vivo en los mercados, tiene que estar vivo en los clientes, tiene que estar vivo en los colaboradores, en los proveedores, en ecosistemas colaborativos público privados para co-construir propuestas para enfrentar desafíos transversales como la empleabilidad de mujeres y jóvenes o la modernización del Estado; tiene que manifestarse en una empresa que es diversa y transparente”, sostuvo Larraín.
En representación del Comité de Evolución Empresarial, sus Co-Presidentes, Carmen Román y Juan Andrés Errázuriz, también hicieron un llamado a la acción. “Lo que tenemos que lograr es ir desde la conversación y desde la convicción, a la acción, y que eso signifique empresas más sostenibles y generar valor para el país”, advirtió Román, quien anunció además la actualización del Documento de Evolución Empresarial. Por su parte, Juan Andrés Errázuriz dijo que “la empresa siempre tiene que adaptarse y evolucionar. Respecto al ADN de la evolución empresarial, junto con una cultura de integridad, está el anclar la estrategia y el accionar de la empresa en un propósito superior centrado en el cliente-ciudadano, validado por los accionistas y entendido como la forma en que la empresa busca servir a la sociedad y al mismo tiempo generar valor para quienes componen el ecosistema empresarial”.
Expositores invitados
Durante la jornada, hubo dos destacados expositores que dieron el punto de partida al encuentro y motivaron la conversación posterior. Hernán Hochschild, Director Ejecutivo de “Tenemos que hablar de Chile” presentó los primeros resultados del trabajo conjunto de la U. Católica y la U. de Chile. “Los chilenos sienten inseguridad y fragilidad, pero también esperanzas en torno a los cambios que se avecinan. El llamado es a entender la responsabilidad que tiene la empresa, sobre todo las organizaciones gremiales, en el momento que estamos viviendo, una responsabilidad que tiene que ver sobre todo con cuidar la esperanza en torno a los cambios”, dijo. “Chile es un país que necesita causas comunes y la empresa probablemente tiene grandes oportunidades de encontrar causas comunes con los ciudadanos, ya sean locales, territoriales o más globales, y me parece un llamado muy importante que esta evolución empresarial considere causas comunes que conecten con la ciudadanía”, subrayó Hochschild.
En esta misma línea, Juan Carlos Eichholz de CLA Consulting, quien también participó como expositor en este encuentro, sostuvo la necesidad de “ser provocativos, para desafiarnos”. Por lo que valoró el trabajo del Comité de Evolución Empresarial. “El compromiso es generar una conversación, que seguramente ya la han estado teniendo, profundizarla, desafiarla y llevarla a otro nivel en los directorios y en los comités ejecutivos”, agregó.
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